La cuadrilla de hermanos costaleros de la Santa Cena Sacramental y Mª Santísima de la Victoria se crea el año 1979 como “cuadrilla de costaleros Virgen de la Victoria”, para de esta manera dar solución al problema de los costaleros asalariados en nuestra hermandad. Hizo su primera salida procesional con la Virgen de la Victoria en la Semana Santa de 1980 siendo su capataz Antonio Francisco Méndez García y durante años, contribuyó a sacar los pasos de muchas hermandades granadinas como el “Huerto”, “Esperanza”, “Universitaria”, “Silencio” o “Ferroviarios”, siendo muy reconocida por esta labor.
Esta “cuadrilla de costaleros Virgen de la Victoria” fue una de las primeras no asalariadas de la ciudad. Estaba compuesta por un número importante de miembros que llegó a superar los 180, tenía una estructura y fines bien definidos, y se caracterizaba por el entusiasmo y ganas de tomar las riendas de lo que les rodeaba, propia de los jóvenes.
Por esta razón la integración de la Cuadrilla en la vida de la Hermandad llegó a ser tal, que el entonces capataz llegaría a convertirse en Hermano Mayor de la misma, siendo su junta de gobierno, prácticamente al completo, compuesta por costaleros.
Durante años esta situación se repitió siendo el motor de la hermandad, unida bajo las premisas del compromiso como hermanos, el respeto y el cariño, y el deseo continuo de superación. Una muestra de lo expuesto es que los cuatro últimos hermanos mayores de la hermandad han salido de las trabajaderas del paso de palio.
Esta cuadrilla ha sido escuela costalera y de cofrades, como demuestra que debajo de muchos pasos y al frente de los mismos y en las juntas de gobierno de distintas hermandades de la ciudad, se encuentren personas que en algún momento han sido miembros de la misma.
El año 1991 trajo un reto trascendental para la hermandad y la cuadrilla, la incorporación de costaleros al paso de la Santa Cena, que había permanecido 63 años con ruedas. De esta forma, el paso más pesado de la Semana Santa Granadina procesionaria por primera vez sobre los hombros de costaleros.
Desde este momento la estructura original de la cuadrilla cambió y se separó en dos igualás, siendo los más altos los que portarían el paso de misterio y los más bajos el paso de palio.
Otro momento importante para la vida de la cuadrilla, fruto de su filosofía de superación continua, se produjo en 1994, cuando se acordó cambiar la forma de portar los pasos, pasando de llevarse a hombros para trabajar a costal. Este cambio de método fue asesorado por un ilustre capataz de la ciudad, experto ya en el uso del mismo, D. José Carvajal
La salida de la iglesia del paso de misterio ese mismo año supuso una revolución costalera en Granada, pues nunca antes se habían contemplado tantos cambios de paso bajo un misterio, aportando una forma de moverse muy peculiar, imprimiendo un carácter alegre, desenfadado y suelto pero sin estridencias. La facilidad del método sevillano, y la maestría demostrada por el nombrado aquel año capataz general Antonio Sánchez, hizo que Granada se maravillara con un paso que antes siempre había pasado desapercibido, incluso hizo que la denominación de la Hermandad en los círculos cofrades empezara a cambiar de la popular de “ la Victoria” a conocerse como la de “la Cena”.
Desde 1995 hasta 2006, permanecieron al frente de los pasos Carlos Inés Pleguezuelos (en el paso de misterio) y José Manuel Rodríguez Quesada (en el paso de palio). Las dos igualás se fueron consolidando en número y componentes, y afianzándose, la del misterio, en su personalidad, pues la del palio continuaba con su escuela y estilo.
En el año 2007, la Hermandad determinó recuperar la figura del capataz general, recayendo en la persona de José Manuel Rodríguez Quesada que sigue desarrollando esa labor hasta el día de hoy.
En la actualidad está compuesta por 170 hermanos costaleros, 95 en el paso de Misterio y 75 en el paso de palio que trabajan, junto al capataz y sus ayudantes, por mantener vivo el espíritu de hermandad, compromiso y superación que se han trasmitido desde sus orígenes.
Como muestra de este espíritu, la cuadrilla tiene un lema que cada Domingo de Ramos, al regreso de la hermandad por la calle Jesús y María, y en reconocimiento de las personas y los valores que la sustentan, supone la levantá de sus dos pasos a la voz de “por los que fuimos, somos y seremos”.